Focalización sensorial ante problemas sexuales

La técnica de focalización sensorial fue descrita por William H. Masters y Virginia E. Johnson, pioneros en la investigación sobre el comportamiento sexual humano desde el año 1957 hasta la década de los años 90.

Este ejercicio se considera como uno de sus aportes más significativos para el tratamiento de las disfunciones sexuales. Sin embargo, un dato altamente significativo es que una pareja sin dificultades sexuales puede también recibir los muchos beneficios de su práctica.

Masters y Johnson lo denominaron “focalización sensorial” (sensate focus), y su propósito es que la pareja se enfoque durante varios días o semanas en acariciarse y masajearse el uno al otro en todo el cuerpo de forma suave, tierna y amorosa, excepto los genitales y pechos de la mujer. Durante todo este tiempo la pareja evita el intercambio sexual y el orgasmo.

La doctora Helen Singer Kaplan, investigadora y terapeuta sexual, utilizó la expresión “pleasuring” para referirse a esta técnica. Por su parte, es interesante destacar que algunas de las prácticas tántricas del orientalismo sugieren ejercicios similares por los beneficios que se obtiene en intensificar y expandir la capacidad de experimentar placer en todo el cuerpo y expandir la sensación del orgasmo.

¿Cómo se realiza?

Es un ejercicio que se puede hacer siempre que se desee o se necesite volver a conectar con el cuerpo y su capacidad para sentir y experimentar placer sensual en toda su extensión, más allá de los genitales y zonas erógenas comunes (labios, lengua, cuello, dedos, pechos, pezones).

Además de un ejercicio de apertura emocional e intimidad que permite aceptar y apreciar la belleza del cuerpo y sus sensaciones, permite además contactar de manera íntima y amorosa con pareja durante el acto de dar y recibir placer en el masaje y caricias.

Probablemente las mujeres estén más familiarizadas con el ser tocadas y acariciadas de manera lenta y suave que los hombres. Para el hombre este ejercicio puede convertirse en una oportunidad de recibir caricias de un modo inusual y nuevo para él. Al evitarse completamente el intercambio sexual disminuye la ansiedad por el desempeño y por conseguir un orgasmo. Sólo se experimenta el presente y sus agradables sensaciones en el cuerpo.

¡Atrévete!

Esta puede ser una experiencia completamente nueva para algunas personas. Es un ejercicio que fortalece y afianza el vínculo sin embargo, no se recomienda practicarlo sin el apoyo de psicoterapia si hay problemas de relación o sexuales en la pareja, ya que sus efectos pueden ser contrarios a los buscados y generar ansiedad o conflicto.

Kaplan, H.S. (1988). Manual Ilustrado de Terapia Sexual.
Masters, W.H. y V.E. Johnson (1976). Incompatibilidad Sexual Humana.

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