La terapia de pareja es una ayuda profesional de la psicología, para que las parejas puedan resolver sus conflictos y recuperar la felicidad en su vida.
Los conflictos que habitualmente se producen en las parejas tienen que ver con las siguientes áreas:
1. El poder. Los conflictos en este área suelen surgir cuando alguno o ambos en la pareja sienten que no hay un equilibrio justo en quién decide qué hay que hacer y quién se encarga de hacer las cosas. Generalmente estas decisiones afectan a aspectos de la vida en pareja como son las finanzas, los hijos/as, o las relaciones sociales.
2. La comunicación. Cuando intentamos resolver los conflictos por nuestra cuenta es fácil caer en determinados errores de la comunicación que hacen mucho daño a la pareja, sin que seamos conscientes de ello. Gran parte de los errores de comunicación, como la reciprocidad negativa, discusión, ataques verbales, etc., se basan en diferentes formas de pensamiento negativo (personalización, adivinar el pensamiento, ideas irracionales, atribuciones) que pueden modificarse.
3. La pasión y el afecto. La pareja se puede entender como un ser vivo, en constante evolución. El enamoramiento inicial se va transformando en amor, la pasión va cambiando a intimidad y cariño. Este proceso no significa que se pierda la atracción, sino que dicha atracción también evoluciona, por lo que puede mantenerse vivo el deseo sexual por la pareja.
A partir del conocimiento de la dinámica de comunicación y relación dentro de la pareja, la terapia de pareja plantea diferentes alternativas para la intervención, entre las que destaca la terapia cognitivo-conductual. Las estrategias de intervención se dirigen a los siguientes objetivos:
1. Mejorar la comunicación. Si parte de los conflictos en la pareja se deben a malos hábitos en la comunicación, el entrenamiento en comunicación positiva entre los miembros de la pareja permitirá una interacción con mayor respeto y cariño.
2. Manejo de la ansiedad. Las discusiones provocadas por los conflictos que están viviendo la pareja generan un estado de nerviosismo y tensión que afecta al bienestar y la capacidad para reaccionar de forma racional y controlada ante las situaciones. El entrenamiento en manejo de la ansiedad permite reducir el nivel general de tensión, en favor de una convivencia más placentera.
3. Aumento de la pasión. Cuando los conflictos anulan la pasión entre la pareja, es difícil recuperar el nivel de intimidad y afecto en las relaciones sexuales entre la pareja. Por ello, la terapia sexual puede ayudar a recuperar esa pasión en la pareja.
4. Técnicas de solución de problemas. Cuando los conflictos van más allá de la comunicación o el nivel de intimidad de la pareja, puede ser necesario aplicar técnicas de solución de problemas, para que la pareja pueda llegar a una solución eficaz y satisfactoria para ambos de los conflictos que les hayan llevado a la consulta de psicología.
Finalmente, cabe destacar que para que la terapia de pareja sea eficaz, es necesaria la implicación de ambas partes en la pareja. Al principio es normal que una de las partes se muestre menos convencida o colaboradora que la otra, pero una vez superadas estas barreras, generalmente basadas en el desconocimiento de la metodología de la terapia, el compromiso y la implicación de ambos en la pareja hará que la terapia pueda llevarles a una convivencia más satisfactoria y feliz.
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